martes, 14 de diciembre de 2010

Una vida llena de prejuicios

Podríamos decir que la mente humana tiene un lado oscuro, un lado perfectamente preparado y adaptado para clasificar a la gente, según claro nuestras normas morales.
Un ejemplo de esto nos pasa a diario, andando por la calle para ir a la escuela o al gimnasio, donde sea. Caminando tranquilamente vemos a personas y las juzgamos inconscientemente; vaya sombrero más raro, que cara mas fea, vaya pinta de mala persona... La mente nos juega malas pasadas clasificando a gente y viceversa, todos somos etiquetados por los demás, la razón se desconoce, yo le llamo lado oscuro de la mente.

Esto es normal pero no pasaría nada si la cosa se quedar así, cuando pasamos este pensamiento a palabra la cosa va a más porque atentamos contra la libertad de las personas, por lo tanto ¿podemos decir que somos libres?


La raza humana es esclava de si misma no por inventar leyes ni condenas ni otras muchas cosas, sino por el propio órgano que nos hace sociables; la mente.
La mente capaz de hacernos fuertes pero también capaz de cavar nuestra propia tumba psicológica, el derecho a juzgar sin conocer no se produce en el reino animal, pero por lo contrario en la raza inteligente si.

Todas la personas poseemos ese lado oscuro lo que pasa es que no  todo el mundo se le despierta de la misma manera o con la misma intensidad. se puede afirmar pues que la persona "buena" no existe.

El lado oscuro si, esa parte que hemos de saciar como sea, esa parte superior a todos los demás sentimientos  esa parte que hace de los humanos el animal mas frío, el más cruel.

"El humano condena a los demás, se condena a él"

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